No siempre nos ayudan a comunicarnos. A veces, de hecho, confunden. Otras, no tienen sentido. Un "Te quiero" que suena falso. Un "Te odio" que parece un "Te quiero". Un "Te conozco de toda la vida" de alguien que acabas de conocer. Tal vez esto pasa porque las palabras son demasiado reales para las ideas y los sentimientos. Otras veces la falta de palabras puede destrozar el momento. O cuando quieres sacar un tema delicado pero crees que no deberías, mientras la otra persona está deseando hablar de ese mismo tema. Son cosas ilógicas de este mundo, como lo son los arcoiris o el viento. Pero, gracias a esas rarezas, tenemos ideas y sentimientos de los que hablar, o por lo menos, intentarlo.
BY 413
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