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sábado, 31 de marzo de 2012



Siempre, siempre, me comparan. Y duele. Tal vez no sea guapa, lista, alta, o simpática con todo el mundo. Tal vez no sea la niña buena, la sociable y la enérgica. Pero soy yo. Y me gusta serlo. Y la constante comparación me marca un camino. Una constante presión. Tengo mis gustos, mis ideas, mis sueños y mi manera de ser. Y es un apoyo que no tengo. Es una familia que no me apoya. Pero luego queréis que confíe en vosotros, que os cuente mis cosas y que sea cariñosa y familiar. Lo soy. Con mis amigos. Esas personas que realmente me conocen y no me comparan, que me quieren por ser quien soy, que buscan mi felicidad y mis risas. Y duele más cuando queréis alejarme de ellos. Ellos son mi verdadera familia. Con quien soy feliz.

sábado, 10 de marzo de 2012

Se derrumban los pensamientos

¿Y ahora qué? Lo último que quería era alejarte de mi. Yo sólo quería que me quisieras. Es mi manera de ser. Vivo en los sueños, en lo imposible, en lo etéreo. Vivo en la esperanza de que tu siguiente movimiento no se coma a mis torres y que derrumbes el castillo. Vivo con la esperanza de que tu rey se rinda ante mi reina y se acabe la guerra. Pero esta estrategia es sólo otra de mis ensoñaciones, y esta vez estoy contando con tus pensamientos. Esta vez no estoy escapando a las nubes para mirar cómo todo se derrumba. Esta vez tú vuelas y yo me quedo encerrada en un juego que yo misma empecé. Porque eres algo nuevo. Eres algo que no comprendo. Sólo pienso en que me cambias, que si te besara... Pero en esta partida voy perdiendo. Tú eliges mi destino, yo elijo a partir de tu decisión. Sólo soy una niña asustada. Eres el monstruo que vive debajo de la cama de mis pensamientos. No sé si dormir contigo o tenerte miedo. Yo sé que te quiero, pero lo que yo termine haciendo depende de lo que tú decidas hacer. Lo que estoy segura, lo se fue contigo a la nube, lo que se salvó del derrumbamiento, es mi amor por ti. Yo te quiero. No sé durante cuanto, y no sé si en algún momento tú lo sentirás por mi. Sólo quiero que sigas buscando lo que pueda quedar debajo de tanto pensamiento roto...

viernes, 9 de marzo de 2012

Esto pasa siempre.

Piensas. Empezamos mal. Bueno, pensar es bueno, pero demasiado tiene consecuencias catastróficas. Pero eso pasa siempre. Deprime, o te hace replantearte lo que tenías por seguro. Y luego están los sentimientos. ESA PUTA MIERDA. En realidad no sirven de nada. Como me dijo alguien alguna vez, "El amor, cuando se demuestra, muere." Y es la verdad. Por ejemplo. En la literatura. ¿Cuándo ha tenido éxito un amor fácil, sin problemas, perfecto? NUNCA. Los líos, las dudas, el "ahora si, ahora no", eso le gusta mucho a la gente. Es natural. Pero, científicamente, el amor es otra hormona que estimula nuestro nivel de felicidad. Solución: comer chocolate. El problema es cuando duele, el sufrimiento. "No me quiere, ¿por qué no me quiere?" Todos, en algún momento, hemos sufrido de amor. NO NOS MORIMOS POR ELLO. Toca asumirlo, de vez en cuando quejarse y fin. Y QUIEN CAMBIE PARA GUSTAR A LOS DEMÁS ES PORQUE CARECE DE PERSONALIDAD. (Algo típico en los tiempos que corren...) El mérito es de quien tiene el valor de decirlo, de admitirlo, de no tener miedo a la derrota, de quien no cambia por nadie ni se vende por cualquiera. Las cosas hay que pensarla. Pero no mucho, no vaya a ser que duelan.