Visitas

miércoles, 19 de junio de 2013

Qué fácil es criticar cuando nadie te conoce.

Cuando eres un anónimo, cuando ni te interesa la vida de los demás ni a los demás la tuya, y cuando todo esto te es indiferente o simplemente una circunstancia más, te sientes poderoso para poder criticar. Pero no criticar con argumentos, simplemente juzgar, hundir, machacar, superar a la primera persona que se te ponga por delante. Agredir es el objetivo, y te encanta, te hace sentir vivo. Y los demás actúan como si tus críticas no les doliesen, como si no importasen porque bueno, es sólo un anónimo cuya vida no me interesa. Pero al final estallan de las misma forma. Siendo un anónimo que critica.

sábado, 18 de mayo de 2013

Es cosa de arquitectura imaginaria.

No existe ese maravilloso botón de pausa del que todos hablan. No puedo decidir parar las cosas cuando a mí me dé la gana. Puedo tomármelo con calma, pensarlo y analizarlo, pero el mando a distancia universal sólo es para la televisión. No puedo evitar darle vueltas a mis sueños de esta noche en mi cabeza, ni dejar de pensar en el "¿y si hubiera hecho otra cosa en ese momento?". Muchas veces al día se me pasa por la mente la idea de abandonar y empezar de nuevo, pero ese ya es un truco que he utilizado demasiado. Puedo inventarme personajes, vidas, sentimientos, puedo intentar que parezcan reales, para creérmelos y que se los crean. Los cuentos de hadas, con ponis, unicornios, purpurina y florecitas son geniales, pero vivir todo el tiempo en ellos es completamente imposible. Sólo quiero dormir, soñar algo nuevo, y despertarme sabiendo responder por lo menos a una de mis preguntas. Porque yo sola no me siento capaz. Hay días en los que casi no me tengo en pie. Y, sinceramente, no se si podré aguantar también el peso de tu bienestar sobre mí. No sé si juntos podremos. Por ahora, me queda creer en ello.

lunes, 4 de marzo de 2013

El Señor Tiempo y yo

¿Nunca os ha pasado que, un día, uno cualquiera, te paras y piensas en los buenos momentos, y te pones a mirar fotos y a recordad? Sí, todos lo hacemos. Pero de repente, no recuerdas si fue hace un año o dos, si fue en verano o en primavera. Pero no te importa. Porque recuerdas perfectamente el momento feliz, las risas y las sonrisas. Entonces, ¿por qué insistimos tanto en fechas, en nombres, en detalles que luego olvidaremos? ¿Será que el Señor Tiempo pierde la cabeza conmigo? Aunque no es nada nuevo. Todos hemos pensado en algún momento que por qué el tiempo pasa más o menos rápido, por qué las horas se nos hacen días, y las semanas se terminan resumiendo en unas horas. Porque no es lo mismo pensar en cuando tenías 5 años, que lo que hacías hace 5 años. Aunque a veces sí. Señor Tiempo, haz tu magia y haz que llegue la primavera.