¡Qué intríngulis!

Saber que lo que te espera, saber que tienes que saber, saber que te van a contar algo pero que no es el momento.
Es como un pequeño gusanito que se instala en tu mente hasta que al fin confirmas tus teorías.
Pero hay que tener recursos para crearlo, mantenerlo y descubrirlo. Y en el fondo todos lo odiamos. Es como cuando al preguntar a alguien qué es lo que le pasa, esa persona te responde que no pasa nada, y ambos sabéis que es mentira. O cuando dicen que te tienen que contar algo pero luego no te lo cuentas. Y luego, insistes, preguntas, hasta conseguir descubrirlo.
Es un juego divertido, realmente.
Vamos, creo yo.